Hola a Tod@s
Cuando era pequeña existían las panaderías. Los hornos de toda la vida, con el panadero levantándose (como dice la canción) a las 3 de la madrugada para hacer el pan, los bollos y asar calabazas dejando un perfume dulzón y azucarado en toda la calle.
El pan duraba tierno varios días y guardado en una bolsa de plástico casi toda una semana.
Si se congelaba, cosa que no era costumbre porque todos los días se compraba pan, ni de lejos se le caía la corteza al descongelarlo y quedaba casi en las mismas condiciones que cuando lo acababas de comprar.
Luego con las franquicias, los “Panaria”, los panes de supermercado y los industrializados…, el pan ya no es lo que era. Recién hecho tiene un pase porque está caliente aunque sin sabor, pero al cabo de unas horas…correoso, blandunflo, al día siguiente duro como una piedra y enmohecido en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora y después de 30 años de haberse cargado prácticamente todos los hornos y negocios similares existentes, se pone de moda hacer cursos para enseñar a hacer el pan como se ha hecho toda la vida.
La tendencia, lo que está de moda es hacer el pan en casa, a la antigua usanza, en lugar de comprar el pan congelado y horneado en negocios que han florecido gracias a la desaparición de los hornos de toda la vida, donde toda la familia trabajaba y se hacía un pan exquisito.
Me gusta que no se pierdan ciertas técnicas, ciertos sabores añejos, me gusta que se resistan a la industrialización de todo a cualquier precio, a la «modernidad» a toda costa.
Con la moda pasa igual. Las modistas/os y costureras de toda la vida, tienden a la extinción.
El oficio y el arte de coser, de moldear una tela al cuerpo que quien lo va a llevar a base de pinzas, pliegues, puntadas, embebidos… va desapareciendo poco a poco.
Vestidos que, después de 30 años de haberlos comprado, están idénticos en textura, color, tamaño…, a pesar de lavados y más lavados, plancha y más plancha,… ya no se hacen.
Y no se hacen porque es artesanía, se emplean horas de trabajo minucioso, el oficio está menospreciado, y se supone caro,… aunque se amortice durante 30 años.
La moda cambia cada temporada y se cambia el armario entero para ser “guay” y estar a la última.
Se compra barato y malo en “los chinos”, en tiendas donde venden ropa “fabricada en China” o con tejidos made in China… y quien dice China dice India, Taiwán, Vietnam …
Los Chinos están sacando pecho, y exentos de impuestos que masacran a los nacionales, ya no queda un solo barrio donde no haya varios negocios de chinos,… a costa del cierre o traspaso de negocios autoctonos.
Son baratos y sus productos duran justo una temporada ¿para que más?
Dentro de poco habrán cursos para que, los que han hecho grandes a los chinos, puedan aprender a coser un botón, para poder hacerse ropa que esté impecable cada vez que se utilice y para “reinventar” el arte de la aguja.
Con todos mis respetos a Zara y similares.
Sed felices!